No os podéis hacer una idea de lo que se siente al cortar el lazo y ver que una familia que estaba prácticamente en la calle, recibe una casa, no tendría palabras para expresarlo, al igual que ellos tampoco saben como agradecer a todas las personas que los ayudan, pero os aseguro que sus caras lo dicen todo y sobra todo lo demás.

     En esos momentos, te das cuenta que muchas veces no valoramos lo que tenemos, lo afortunados que somos por tener un techo bajo el que dormir, o refugiarnos cuando llueve, parece que somos merecedores de todo cuanto poseemos, cuando no es así y justo viendo cosas como estas, podemos darnos cuenta.

     Las casas donadas, constaban de 2 habitaciones, una la usarían como una especie de salón comedor, en la cual se instalaban las camas llegada la noche haciendo también de dormitorio, y la otra para la cocina. En el patio contaban también con un cuarto de baño. Estaban todas pintadas de un bonito color azul y el personal de la Fundación se encargaría de enseñarles como cuidarla para mantenerla en buen estado, se ponía a nombre de la mujer de la familia, dándole así mayor poder a ellas, ya que en la India, por desgracia, se da mucha discriminación hacia las mujeres, por lo que haciendo esto, gran parte de ese poder lo recuperaban las mujeres. Esta es una de las miles de cosas que la Fundación hace por las personas más desfavorecidas de las zonas donde actúa.